En férrea defensa del consumidor puertorriqueño y de los miles de familias que son abonados de la empresa LUMA, el Ombudsman de Puerto Rico, Edwin García Feliciano, rechazó tajantemente que se autorice un aumento en la factura de energía eléctrica ya que la crasa ineficiencia de la empresa, jamás justifica un alza en el pago de luz.
García Feliciano, quien remitió su enérgica oposición el Director del Negociado de Energía, licenciado Edison Avilés, puntualizó que a la fecha, LUMA no tiene una sola métrica positiva de que su servicio ha estado siquiera a la par con las expectativas que se forjaron, cuando se le concedió la administración del sistema de distribución energético de la Isla.
“Como yo aprendí a ser respetuoso, prefiero pensar que la petición de solicitar el aumento es un absurdo, antes que decir, que es una solemne falta de respeto al consumidor”, dijo García Feliciano con tono de indignación.
El Procurador del Ciudadano señaló que todo aparenta que el interés del conglomerado es producir ganancias inmediatas, toda vez que la creciente satisfacción generalizada pudiera crear las bases para extinguir el contrato antes de lo previsto.
“Demasiado evidente que gente dedicada a hacer negocios en energía, den un traspiés con otro y vengan de buenas a primeras, a pedir que se incremente el costo así porque sí. Para mí es un total absurdo, sino, una bofetada a los que pagamos por sus servicios”, comentó.
De hecho, el reclamo del Ombudsman al Negociado de Energía que evaluará la petición, es que lo rechace con determinación y exija cuentas claras.
“La única forma en que LUMA se ponga a trabajar es que luche por sus ganancias con eficiencia, responsabilidad y cumpliendo el cometido por el que se le adjudicó la distribución de energía en Puerto Rico. Aprobar un aumento sería premiar la ineficiencia”, acotó.
Igualmente, García Feliciano exigió de los directivos del consorcio que exhiban mayor ética profesional, decoro y responsabilidad pública con este tipo de planteamiento, que debe siempre ser precedido por altos estándares de excelencia.
“Jamás había visto que alguien solicitara que se premiara su fracaso, mucho menos, con el sudor del pueblo trabajador y el presupuesto familiar que hoy se ve amenazado por tantas situaciones inesperadas en salud, cambios climáticos y situación económica por la pandemia”, indicó.